14.4.08

Tan cerca, tan lejos


Esta Semana Santa pasé unos días en el sur de Francia. No fue un plan muy cinéfilo. Comí casi todo se le puede comer a un pato (sí, también le comí la pata). Dormí en una iglesia y bebí floc, armagnac, vino, champán, licor de ciruelas, algo de cerveza y los peores gin tonics que uno pueda imaginar.

Tanta gastronomía no me dejó tiempo de ir al cine, aunque sí para intentarlo. Me quedé a las puertas del cine local, con unos horarios de sesiones algo delirantes. Eso sí, leí periódicos, vi la tele (por ejemplo, una especie de C.S.I. bastante digno con Vincent Pérez como protagonista) y me enteré de algunas cosas sobre el estado del cine francés actual. Os las cuento a partir de aquí.

La película que no pude ver ha resultado ser el gran éxito del año en Francia: “Bienvenue chez les Ch’tis” – no voy a intentar traducirlo, porque… no sé cómo hacerlo-. Una comedia escrita, dirigida y protagonizada por Dany Boon, que trata sobre un cartero que, en lugar de ser trasladado al sur, como ha solicitado, es enviado al lluvioso norte de Francia (los habitantes de esa zona reciben el sobrenombre de Ch’tis). (Suena un poco a “Doctor en Alaska”, ¿no?) Casi todos los chistes, al parecer, se basan en acentos, expresiones locales y juegos de palabras: el sueño de cualquier traductor, vamos. La película ha permanecido cinco semanas seguidas como la más vista.

De hecho, durante doce de las quince semanas que llevamos de año, el número uno en taquilla ha sido para una película francesa. Las únicas extranjeras en lograr esa posición (durante una semana cada una) han sido “Soy Leyenda”, “Sweeney Todd” e “Into the wild” (sí, las de Tim Burton y Sean Penn, respectivamente. Sí, yo también flipo).

Francia es, sin duda, la patria de Astérix.

Precisamente la tercera entrega del héroe galo (“Astérix en los juegos Olímpicos”) ha sido otra de las películas más vistas durante este año (un éxito relativo, ya que su presupuesto fue altísimo). “Enfin veuve” (“Por fin, viuda”) de Isabelle Mergault,  Paris” de Cédric Klapisch y "Disco" de Fabien Onteniente también ocuparon el número 1 en taquilla durante una semana cada una.

Mi ingente trabajo de documentación no termina aquí. Nada detiene a un inquieto reportero, ni siquiera un buen magret en salsa de olivas. (Menudo magret, gracias, Georgette).

Así que, decidido a llenar de contenidos cosmopolitas este blog, me compré una revista de cine no demasiado profunda.  Una versión menos promocional de nuestro Fotogramas. Sí, también estaba el Cahiers du Cinema original pero… me dio muchísima pereza.

Studio Magazine no tenía mala pinta. En portada una pareja guapa, actriz y director-guionista: Anna Mouglalis y Samuel Benchetrit promocionando su nueva película. Las fotos eran de Karl Lagerfeld. Si el único nombre que os suena algo es éste último, estáis como yo.

A la izquierda, se anuncian entrevistas con Daniel Auteil, Elsa Zylberstein y Erick Zonca y un reportaje sobre un rodaje de Depardieu y Fanny Ardant.

Sí, todo bastante francés.

En el interior de la revista: 74 nuevos actores franceses prometedores (creo que si alguien hace un reportaje así de extenso sobre actores prometedores en nuestro país, salimos hasta mi padre y yo con nuestro dúo cómico navideño "Castro y Castro").

Unas páginas antes, un reportaje sobre el cine en Francia con unos cuantos datos (sobre todo de 2006, no están muy actualizados), bastante sorprendentes, al menos para mí. En otro extraordinario esfuerzo de documentación me he metido en la web del ICAA para contrastar estas cifras con las del cine español.

En 2006 en Francia se produjeron (o coprodujeron) 203 películas y los estrenos de cine francés consiguieron un 44,7% de la recaudación (superando ligeramente el 44,2% de los estrenos norteamericanos).

Ese mismo año, en España se produjeron o coprodujeron 150 largos. El porcentaje de taquilla del cine español en 2006 fue del 15,47 (frente al 71,22 del norteamericano).

Por mucho armagnac y pato que consumí, sigo sin encontrar cuáles son las causas de estas diferencias,  ¿por qué a un lado y al otro de los Pirineos ocurren cosas tan diferentes? ¿Se cayeron de niños en una marmita de poción mágica? ¿Tenéis vosotros alguna otra explicación?

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7.4.08

Sin transiciones

Pascal Quignard es un escritor francés del que no sabía nada hasta que leí la entrevista que Octavi Martí le hizo para el Babelia de este sábado.
Os recomiendo leerla aunque probablemente os ocurra como a mí, que no me enteré casi de nada.
(El titular elegido por el periodista resume el estilo paradójico de casi todo lo que responde Quignard "No sabemos qué sorpresas nos deparará el pasado" - dice).
Sin embargo, la parte de la entrevista que me ha tenido un poco perplejo e interesado desde que la leí es ésta.
"P. Usted ha escrito que "la homogeneidad cultural, histórica, es el destino del hombre...".
R. ...Y que "la heterogeneidad natural, originaria, es el destino del arte" y que "la fragmentación es el alma del arte". No soporto los vínculos, las fórmulas de transición. Lo más importante que ha aportado el cine a la narrativa es esa posibilidad de pasar de una escena a otra, dejando al espectador la posibilidad de reconstruir el tejido. Sólo se muestra lo que cuenta..."
El tejido entre las escenas. ¿No os parece una buena imagen? ¿Estáis de acuerdo con Quignard?
¿Entendéis algo de lo que dice? ¿No creéis que en televisión escribimos tejido y poco más que tejido?

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