30.7.07

Cosas que Billy Wilder no dijo...

Últimamente le he estado dando vueltas a una frase de Wilder que creía recordar. Venía a ser algo así como: "Cuando uno está jodido, escribe un drama. Cuando está desesperado, escribe una comedia".
(Luego resulta que lo más parecido a esa cita que Wilder dijo fue esto: "Hay algo sorprendente: cuando reflexiono sobre todas mis películas, me llama la atención que, en las épocas en que estuve deprimido hice comedias. Y cuando me sentía feliz, rodé temas más bien trágicos. Quizás intente inconscientemente compensar cada uno de mis estados de ánimo." La cita la he sacado de aquí, una mina de impagables de Wilder. Eso sí, estaréis de acuerdo en que mi frase es mucho más contundente)
¿Os pasa a vosotros lo mismo? ¿Escribís comedia cuando estáis peor y dramas cuando va todo bien en vuestra vida? ¿Habéis pensado alguna vez sobre este asunto?

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23.7.07

Guionista nervioso

Quítale a un guionista su ordenador y se pondrá histérico.
Quítale su cafetera y se volverá loco.
Quítale las dos cosas y tendrás a un tipo poseído escribiendo esto desde el cutre ciber del Café Comercial.
En fin, lo peor ha pasado. La máquina ya está en casa. Me han dicho que tengo que cebarla cada vez que vaya a usarla.
La otra máquina sigue en el taller. Quién sabe, tal vez pierda todos los archivos. Ochenta gigas de nada.
Pero, eso sí, ya puedo hacerme mi espresso de después de comer.
Actualización 28 de julio de 2007:
Recuerda a esa chica con la que te liaste. Le hiciste unas fotos en casa, mientras hacía el tonto en vez de desayunar. No has vuelto a verla.
Recuerda ese guión que empezaste y dejaste al llegar a la página 24, como casi siempre. Y esa obra de teatro, y ese tratamiento...
Recuerda esos poemas que no enseñaste a nadie, los que guardabas en una carpeta con nombre críptico, para que nadie los leyera, ni siquiera accidentalmente.
Recuerda tus contraseñas del BBVA, Renfe, CineporlaRed, megustanrubias.com...
Recuerda ese viaje reciente en el que hiciste docenas de fotos que nunca llegaste a imprimir.
Ahora imagina todas esas cosas en unas bolsas de plástico.
Imagina que un camión se las lleva.
Unos tipos las depositan en un vertedero.
Luego les prenden fuego y un humo negro se eleva sobre las bolsas.
Y tú no puedes hacer nada.
Pues eso, 30 gigabytes de fotos, textos, recuerdos, contraseñas... todo esfumándose ante mis ojos. Al parecer, un ventilador que hacía mucho ruido y refrescaba poco, obstruido por pelusas de dudosa procedencia, ha permitido que mi PC se fundiera. Al menos, una parte. Sólo el C:, donde guardaba todos los documentos de texto y las fotos. Sólo eso. Toda la basura bajada de Internet ha sobrevivido. Guay.
Ok. No es tan grave. No he perdido nada demasiado importante. Los guiones en los que estoy trabajando están a salvo. Los guiones en los que he trabajado... ¿qué más da lo que les ocurra ya?
Después de todo, este colapso informático, ¿no ha anticipado lo que ocurrirá con todo lo que he escrito y voy a escribir? ¿no ha sido un pequeño baño de humildad? "Esto es lo que ocurrirá con todo lo que escribas, nadie lo leerá y, si alguien lo lee, nadie lo recordará... se perderá en el tiempo, en los inaccesibles surcos de un disco duro ya ilegible" me dice el cuervo encaramado a mi CPU...
De todos modos, si creéis que podéis pasaros sin este baño de humildad, si queréis evitar que un cuervo se pose sobre vuestra unidad central, yo os recomendaría que siguierais las enseñanzas de Confucio, que siempre repetía a sus discípulos mientras paseaba por la agradable campiña del principado de Lu: "haced copias de seguridad cada semana, sin falta".

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20.7.07

Hoy viernes, han secuestrado El Jueves

A estas alturas ya lo sabréis: el juez del Olmo, de la Audiencia Nacional, ha ordenado el secuestro de la revista "El Jueves" por publicar unas viñetas de el Príncipe Felipe y la princesa Letizia.
Para los que queráis ver la portada, está aquí, en el Confidencial. La página oficial de la revista lleva colapsada desde hace un rato.
Dos comentarios sobre esto.
- No sé qué opinar sobre el asunto en sí, si las caricaturas son o no tan censurables como para ser... censuradas. En principio, no me gustan este tipo de medidas. ¿Qué pensáis vosotros?
- Curioso esto del secuestro de una revista en estos tiempos de Internet. Pelín anacrónico, ¿no? Supongo que también cerrarán la web o prohibirán que se reproduzcan las caricaturas. ¿Y la noticia de El Confidencial y los demás medios que han incluido la viñeta para ilustrar la noticia? ¿Y los blogs que dirigen a esas viñetas? Es decir, ¿ese link que he colgado tres párrafos más arriba me puede causar problemas? ¿Y si en vez de limitarme a un enlace hubiera copiado la viñeta y la hubiera colocado en este post?
Curioso asunto, a un par de clicks de la censura...
Todavía en este momento estoy dudando... ¿debería copiarla y pegarla, aunque sólo fuera para solidarizarme con la revista secuestrada por publicarla?
¿Qué pensáis? ¿Qué harías en vuestro blog?

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19.7.07

5. Cliffhanger

- No me jodas... ¿entonces, has cambiado el título?

- Bueno... no definitivamente.

- Siempre te pasa lo mismo. Vas a una reunión con una idea en la cabeza...

- No ha sido una reunión, ha sido por teléfono... manos libres...

- Me da igual, vas a una negociación con una idea fija: no voy a dejar que me hagan esto... y luego vuelves todo sonriente diciendo que te la han metido por detrás...

- Cari, cuando empezamos a salir no hablabas así de mal.

- No me dabas tantos motivos.

- ¿Te he dicho que he estado hablando con Coronado?

- Seis veces.

- Pero mola, ¿no?

- ¿Va a meterse en el proyecto?

- Qué va... no creo, está en cosas de la tele ahora... debe de ser amigo de Fede y por eso estaba en el despacho...

- Pues me parece que ese Fede te la ha vuelto a meter doblada. “El Engaño”... joder... él sí que te ha engañado a ti.

- La verdad es que el Fede es un mafioso. ¿Sabes? En un momento me ha soltado una frase de “El padrino” y me parece que ni se ha dado cuenta.

- ¿Cuál? ¿Te ha hecho una oferta que no vas a poder rechazar?

- No. Me ha hablado de respeto... más o menos como Marlon... “Vienes a mi casa el día de la boda de mi hija y no me muestras respeto”...

- ¿Fede tiene hija?

- No, creo que no. No me ha dicho toda la frase entera, pero sí que me ha dicho algo mafioso, hablando de respeto...

- Bueno, tú también hablas como en las pelis.

- ¿Yo? Venga ya... yo hablo normal.

- ¿Tú? Ja. Primero, dices un montón de palabras en inglés...

- ¿Por ejemplo?

- "Plot point", "cliffhanger"...

- Yo no digo "cliffhanger"... si yo hasta hace un mes pensaba que era una peli de Stallone...

- Pues desde entonces, lo dices bastante...

- Es que... ¿cómo lo traduces? ¿"Dejar una secuencia en alto"?

- No, basta con decir "gancho".

- Bien, tienes razón. "Gancho". Pero, aparte de eso, hablo bien... ¿no?

- Sí...

- A ver, ¿qué digo yo de raro?

- A veces hablas como en las películas...

- Venga ya... ¿por ejemplo?

- Dices “Cierra esa jodida puerta”...

- ¿Y eso es de película?

- Es una traducción floja del inglés, un calco... “close that fucking door”

- Ya... ¿Y si digo “cierra esa puta puerta”?

- Bueno... eso es más castizo, eso cuela.

- Bien, diré lo de la puta puerta...

- También dices lo de “eso no es una opción”.

- ¿Qué? ¿Cómo voy a decir eso si ni siquiera lo entiendo?

- En vez de decir “eso está descartado” dices como los yanquis... “eso no es una opción”.

- ¿Cuándo dije eso?

- Ayer por la tarde.

- Bueno, acababa de ver un episodio de “El Ala Oeste”... Joder... maldito el día que me lié con una filóloga.

- Ah... y una vez dijiste eso de “cuéntame algo que no sepa”.

- Venga ya... eso no lo dije yo, ni loco. ¿Es muy yanqui?

- Sí.

- Bueno, tú a veces también dices cosas así.

- ¿Yo?

- Sí. Una vez leí que en una traducción habías escrito que había que remover a no sé quién de su puesto de trabajo... Y eso es de “remove”, en inglés. Tendrías que haber escrito "despedir o cesar"...

- Espera...

- ¿Qué haces? ¿Qué buscas?

- Mira, diccionario de la Real Academia... “remover”, cuarta acepción: Apartar a uno de su cargo o empleo... es un término de jerga legal.

- Vale, vale... tú ganas.

- ¿Quién era?

- ¿El mensaje?

- Sí, ¿eran buenas noticias?

- ¿Por?

- Me has dado la razón en la discusión y... te ha salido una sonrisa... ¿buenas noticias?

- Sí... algo así.

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16.7.07

Escuchó el ruido antes de bajar al salón




Era como un arañazo suave. No tardó en localizar de dónde venía. Del interior de la chimenea. Desde dentro, algo rozaba los cartones que había colocado para evitar que, en invierno, el calor de la casa se escapara por el tiro.

“Será un pájaro que se ha colado y no puede salir” – pensó. Sobre la mesa había media docena de botellas, un montón de cáscaras de pipas, papeles y colillas de la noche anterior.

Tenía que quitar los cartones para que saliera el pájaro. Cuando iba a hacerlo, se le ocurrió que tal vez no fuera un pájaro. ¿Y si fuera una rata? Se quitó las chancletas y se puso las zapatillas de deporte pensando que así estaría más protegido de los posibles mordiscos.

Luego, con cierto miedo, retiró los cartones. Estaban pintados al óleo. En algún momento había pretendido ser el Rothko del barrio. Ahora algunas de sus obras servían para atrapar a un pequeño animal oscuro.

Incluso para él, que no sabía nada de animales, estaba claro que aquello no era una rata: era negro, tenía plumas oscuras y, al menos, un ala dañada.

Buscó un trapo y, con cuidado, sacó el pájaro a la terraza. Esperaba que, con un poco de suerte, se recuperara y echara a volar. O tal vez que su madre viniera a buscarle y se lo llevara al nido agarrado por el cogote. Bueno, no sabía nada de aves.

Recogió los papeles con los que habían jugado hasta el amanecer. En dos ponía “culpable” en los demás, “inocente”. El juego le pareció aún más extraño al día siguiente. También le pareció extraño que nadie preguntara de qué eran culpables o inocentes. Todos asumieron lo que decía aquél papel y actuaron en consecuencia. Culpa e inocencia repartidas arbitrariamente. Si estuviera en mejores condiciones, tal vez hubiera sido capaz de sacar alguna conclusión inteligente de todo eso. Sin embargo, tenía resaca. Así que tiró a la basura las colillas, los restos de bebidas, las latas vacías y los papelitos y se hizo un café solo.

Un rato más tarde, se estremeció al ver algo reptando entre los cables del ordenador. Sí, era el pájaro que se había arrastrado desde la terraza hasta el interior del salón.

Repitió la operación: trapo y terraza. Ahí, al sol, estuvo temblando el pájaro durante toda la mañana. Entonces él empezó a preguntarse qué tenía que hacer: ¿iba a dejar que ese animal muriera en su terraza? ¿Debería darle algo de agua para que no muriera de sed? ¿Debería tirarlo a la calle para que muriera sin sufrir demasiado? ¿Iba a comer ese entrecot con patatas que había reservado para ese almuerzo de sábado mientras aquél pájaro agonizaba a tres metros de él?

Finalmente, no hizo nada. Comió su entrecot con patatas en el salón.

Unas horas más tarde, se acuclilló junto al pájaro, que estaba inmóvil. Lo tocó con el índice y empezó a temblar. Seguía vivo.
Tardó todavía unas horas en morir.

Entonces, él fue a por una bolsa de basura, introdujo al ave en ella y metió esa bolsa en la otra, la del cubo. Antes, por el camino de la terraza a la cocina, notó el cuerpecito del pájaro muerto. Apenas unas plumas y unos huesecillos.

Y pensó que es una tontería eso de la dignidad. Cuando uno está muerto, es sólo eso, un conjunto de huesecillos y pellejo, como ese tipo que duerme todas las noches en la puerta de la gestoría abandonada de la calle Trafalgar, pequeñito y vulnerable, metido en su saco blanco.

A falta de un veterinario con chimenea en el barrio, lo mejor que le puede pasar a un pajarillo moribundo es meterse por la de la casa de un guionista. Puede que éste escriba sobre él. Será la única manera de que algo de él quede, algo le sobreviva.

Claro que el guionista no estará escribiendo sobre el pajarillo. Estará hablando sobre sí mismo. Introduciéndose, con sus palabras, por las chimeneas de muchas casas.

Y, con suerte, alguien quitará el cartón que obstruye el tiro y le dejará entrar.

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15.7.07

4. Manos libres

- ¿"El Enano"? Es que... no te oigo bien...
- Estoy con el manos libres...
- Ya...
- Son sólo tres letras... total... no es para tanto.
- Ya, pero es que cambia todo el sentido...
- Pues yo no lo veo así...
- A ver, esto se llama “El Tacaño” y tú quieres llamarlo...
- “El Engaño”
- Ah, “El Engaño”, yo es que pensaba que era “El Enano”...
- No, qué va ¿qué enano?... Yo propongo “El Engaño”, sólo cambian tres letras.
- Cuatro, ¿no?
- No, sólo tres, la T, la A y la C, las cambiamos por la E, la N...
- Ya, vale, son tres, pero me da igual, esto es absurdo...
- ¿Por qué? Es buen título... “El Engaño”
- Claro, claro que es un buen título pero es que... no hay ningún engaño en todo el guión. Ni uno. Joder... es que no tiene sentido...
- Tío, yo no creo que sea tan así. Te pones un poco radical. Yo entiendo que estés bastante apegado a lo que escribiste...
- A ver, Fede, yo no es que esté apegado a lo que escribí pero es que no puedo poner un título que no pegue con la historia. Es como si a este guión le llamara “Sexo en la playa”: en toda la historia no hay ni sexo ni playa...
- Bueno, eso es otro asunto del que quería hablarte otro día...
- No me jodas. ¿Quieres meter sexo y playa?
- Ya veremos, porque algo de eso me dicen en un informe que pedí... Pero volvamos a lo del título.
- ¿“El Engaño”?... A ver, Fede, seamos razonables... no hay ningún personaje en la historia que engañe a otro.
- Bueno, se puede decir que el padre nos engaña a todos, porque, al final no es tan tacaño como parece.
- Ya, bueno... si muere abrazado a su cofre de oro, es que sigue siendo agarrado...
- Eso en la primera versión... ya sabes que te propuse aquellos cambios...
- Ya, pero es que, incluso si hacemos tus cambios... no va a haber ningún engaño... el padre es un tipo cojonudo que no quiere que su hija se case con un aprovechado...
- Bueno, yo tampoco caricaturizaría al novio... eso de llamarle aprovechado...
- Cierto, perdona... es un personaje, digamos, un poco interesado... pero, a lo que vamos, tampoco en esta versión hay ningún engaño... me parece absurdo.
- Mira, David, ya es la segunda vez que me dices eso de absurdo y... mira, yo te estoy tratando con respeto, sólo quiero que tú me trates a mí con respeto también.
- Pero... si yo... yo no te he llamado absurdo... he dicho que cambiar el título es absurdo...
- ¿Ves cómo estás demasiado atado a lo que hay? Te parece absurdo cambiar el título.
- No me has dejado acabar la frase... quería decir que es absurdo cambiar el título para poner uno que no tiene que ver con la historia...
- Bueno, ya veo que no hay salida. Mejor lo hablamos otro día... Ah, a Jose le ha encantado el título.
- ¿Qué Jose? ¿A quién le has contado esto?
- No se lo he contado... nos ha estado escuchando, toda la conversación.
- No me jodas... ¿quién es Jose?
- Hola.
- Hola, yo soy David, el guionista... ¿tú eres Jose?
- Sí, soy Coronado.
- ...
- Dile lo que te parece el título, Jose.
- Mira, yo no quiero meterme donde no me llaman. Yo tengo mucho respeto por el trabajo de los demás. No me he leído el guión, pero “El Engaño” me parece un título cojonudo...
- Ya... pero es que...
- Ojalá tuviéramos más títulos así en el cine español... Dan ganas de entrar al cine, comprando la entrada y todo...
- No, Jose... si en el fondo igual tienes razón... “El Engaño”...

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9.7.07

Pensaré en vosotros

Llega el momento de escribir el post más satisfactorio del año.

Sí. Este.

Pasaré una semanita aquí.
No escribiré o... escribiré poquito.

Es curioso, empiezan las fiestas en mi ciudad natal y... yo me voy a la otra esquina de la península.
Cuidaos... yo intentaré cuidarme.

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8.7.07

Este verano, vende tu pelo



Ya en las librerías de toda España, "Cuéntalo Bien" escrito por Ana Sanz-Magallón y editado por Plot.
Este es el libro del que os hablaba hace un tiempecito aquí.
Ana es una story editor profesional, demasiado profesional como para decir las pelis en las que ha currado, y tiene muchísima experiencia leyendo guiones malos y no tan malos... e intentando mejorarlos.

En "Cuéntalo bien", sin embargo, ni siquiera habla de guión, sino de lo esencial: las historias.

Básicamente, te dice cómo puedes conseguir que la gente no se vuelva a dormir escuchando tus chistes.

Si uno logra que alguien esté atento a sus chistes, las puertas de la vida se le abren de par en par. No hará el ridículo en las cenas, podrá caerle bien al jefe, a la chica de la cola del cine e incluso al padre de la chica del cine, su Excelencia el Teniente Coronel...

Exagerando un poco, yo diría que... la mano que domina las historias, domina el mundo.

Así que este aparentemente inocente libro, que ni siquiera osa presentarse como un manual de guión, es, en realidad, el libro de instrucciones para la conquista del planeta.

Y sólo por 15 euros.

Hazte un favor, cómprate este libro.

Y si no tienes pasta, échate una novia que curre en una librería, vende tu pelo para pelucas, vende tus cds en el top manta, alquila la bici de tu hermano, alquila incluso a tu hermano, haz lo que sea, pero tienes que tener este libro. Ya.


(Yo estoy en medio de la segunda lectura y ya tengo unas cuantas cosas más que comentar. Las dejaré para otro post. Estáis avisados, pobrecillos).

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5.7.07

Lázaro

Un, dos, tres... y ya está otra vez en pie.

Así no hay manera de enterrar al abuelo.

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3.7.07

Sobre "Historia de un crimen" - ( Ficción - Realidad, 1)



Bien, primero aclarar que “Historia de un crimen” se llama “Infamous” en casi todo el mundo y es... la “otra” película sobre Truman Capote y la escritura de A sangre fría. Preparaos, el próximo año vienen siete sobre cómo escribió “El arpa de hierba”.

Es duro ser la “otra”. Has llegado tarde y nadie te lo va a perdonar.

Yo creo que esta es mejor que la anterior, pero... sólo es una opinión.
Ya escribí un poco sobre "Capote" hace un año, aquí. Curioso cuando, post tras post, repites cosas que hiciste el año pasado.

Para los no iniciados: Truman Capote, famoso novelista muy relacionado con la alta sociedad de Nueva York, decide, tras leer una noticia de prensa, desplazarse a Holcomb, Kansas, a escribir un reportaje sobre un terrible crimen que ha sucedido en el pueblo. La escritura se prolonga. A Capote le resulta difícil obtener información en un lugar tan diferente de los que frecuenta. Sin embargo, poco a poco lo logra. Los culpables son detenidos. Capote consigue entrevistarlos en la cárcel. Entre él y Perry Smith, uno de los asesinos, comienza, según algunos indicios, una relación sentimental. Capote, sin embargo, termina el libro... a falta de un capítulo: el final. Supuestamente, la ejecución de la sentencia de muerte. Pero el desenlace se prolonga: se suceden los recursos y Capote no puede publicar "A sangre fría". Mientras tanto, no deja de recibir mensajes y llamadas de Perry desde prisión.

Capote parece desear la muerte del objeto de su inspiración (tal vez también de su amor) para poder culminar su libro.

Esta enfermiza relación es tan interesante, tan compleja, que, en mi opinión, resulta más emocionante que el propio relato escrito por Capote (de hecho, se han hecho ya tantas películas sobre la escritura de "A sangre fría" como adaptaciones de la obra en sí).

Ayer, viendo esta nueva película en los Verdi, se me ocurrieron un par de cosas.
+ Perry, uno de los asesinos, le dice a Capote: “yo no soy un personaje, soy una persona” cuando se teme que el escritor le va a caricaturizar para su libro.

Es cierto, Perry, tú eras una persona. Ahora estás muerto y queda de ti un personaje. Inmortalizado por un retratista que, al parecer, se enamoró de ti - en eso tuviste suerte. Como un tipo que sale en una foto: para siempre recordado con esa ropa que sólo se puso una vez, siempre sin afeitar, siempre con el cigarrillo a punto de consumirse... Para ser un personaje, serás caricaturizado, simplificado: es el precio. Así actúan la fotografía, la literatura y también la memoria. Cuando alguien desaparece de nuestras vidas, aunque intentemos evitarlo, acabamos reduciéndolo a cuatro o cinco gestos y frases. Con el tiempo cada vez son menos elementos. A veces, a fuerza de repetirlos, dudamos incluso de que sean auténticos.

+ Discusión entre Harper Lee, a la que interpreta Sandra Bullock, la amiga de Capote (y autora de “Matar a un ruiseñor”) que le está ayudando con la investigación para el libro, y Truman en la habitación de hotel.

Acaban de hablar con una amiga de la mujer asesinada por Perry y Hickock. Les ha confiado que la víctima no estaba pasando una buena época cuando murió. Al parecer, acababa de entrar en la menopausia.

Ya en el hotel, Capote considera que le vendría mucho mejor al libro que la causa del bajo ánimo de la mujer fuera algo más dramático que la menopausia. Harper Lee salta:

- No estás escribiendo una novela. No puedes inventarte los motivos por los que la víctima estaba deprimida.

- Estoy escribiendo un nuevo tipo de reportaje, un reportaje con técnicas literarias. Tú misma usaste material real, modificado, cuando escribiste “Matar a un ruiseñor”.

- Sí, pero era una novela – responde Harper Lee.

Es una escena breve, que transcribo de memoria, por lo tanto, aproximadamente (¿qué ironía, no?). Pero creo que ahonda en la relación entre realidad y ficción. Vamos, entre relato de la realidad y relato ficticio.

Últimamente, esta distinción se ve bombardeada desde ambos costados, desde el periodismo y desde la ficción. Pero el objeto de deseo es siempre el mismo: conseguir ser tomado por verdadero.

Ficciones que no se reconocen como tales para lograr ser creídas.

Si se trata de un gancho comercial, de un anuncio, o de un pretendido experimento sociológico, las consecuencias son leves: un cierto escándalo efímero.

En otros casos, una ficción tomada por cierta puede tener consecuencias mucho más serias: influir en unas elecciones, declarar guerras, culpar a inocentes o, al contrario, intentar que culpables parezcan inocentes.

Personalmente, no creo que la ficción sea superior o inferior al periodismo o la historia.

Eso sí, pienso que una de las condiciones imprescindibles de la ficción es no presentarse como el relato fiel de un hecho real.
Sino como lo que es: pura y dura ficción.

Y ése es uno de mis problemas con lo que algunos llaman "nuevo documental" o "documental de creación". O con los que hablan de técnicas mixtas, fusiones de ficción y realidad.

Una ficción que no se reconoce como tal es, en mi opinión, simplemente un engaño.

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Impagable Casciari en el Espoiler de hoy.