28.6.06

Lágrimas en una habitación de hotel




¿Alguna vez un productor ha criticado un guión tuyo? ¿Has tenido que aguantar cómo ponía verde el nombre del protagonista, la actitud de un personaje secundario o ese original modo de dialogar del que tan orgulloso te sentías?

¿Has tenido que aguantar, defendiéndote con torpeza mientras el segundo a bordo del productor, viendo que había barra libre, ha aprovechado para criticar la duración de la historia, buscando con cuidado los ejemplos más ofensivos… (Incluso los torpes son hábiles cuando se trata de hacer daño)? ¿Has mirado a tu alrededor en el restaurante preguntándote por qué demonios las mesas de ese sitio tan pijo estaban tan cerca unas de otras? …seguro de que los tipos de al lado, aunque simulan no escuchar, lo han oído todo. Volverán a casa en su todo-terreno hablando por el manos libres diciendo: “joder, he escuchado como a un guionista le estaban poniendo a parir”.

¿Has intentado evadirte creyendo que puedes aislarte del dolor, ser budista por un momento pero… cuando has vuelto a la conversación todo estaba igual?

O peor…

Pues bien, si alguna vez te ha tocado vivir algo así, aquí llega un triste consuelo: M. Night Shyamalan también.

Pues sí, el director y guionista de “El Sexto Sentido”, entre otras, tuvo una de esas discusiones francas sobre uno de sus borradores de “The Lady in the Water”. Y estoy seguro de que hubiera deseado que la discusión hubiera sido algo menos franca.

Después de la comida, en la que los altos ejecutivos de Touchstone, compañía para la que había trabajado el director durante años, la emprendieron con el guión – dice que el aluvión de críticas fue tal que llegó a pensar que pronto iban a meterse también con el tipo de letra en el que estaba impreso – Shyamalan rompió a llorar.

Sí, eso es. El guionista de “El protegido” llorando por los comentarios negativos.

Lo he leído aquí, un artículo que avanza el contenido de un libro sobre Shyamalan y su ruptura con Touchstone.

Porque, claro, esa es una de las pequeñas diferencias, cuando uno es Shyamalan, tras una de estas reuniones francas, se marcha a otra productora.

El artículo dice que, tras esa célebre cena, las del director no fueron las únicas lágrimas.

También la productora, Nina Jacobson, con la que Shyamalan había trabajado en sus cuatro largometrajes anteriores, echó a llorar cuando llegó su habitación de hotel.

25.6.06

Un hombre audaz


A veces las noticias llegan por vías inesperadas. Un comentario en el foro de abcguionistas. Me extraña no haber leído una sola mención en los periódicos de Internet que he visto antes. Los repaso y, efectivamente, no hay nada: sólo información sobre el Mundial de Fútbol, los autos del juez Grande Marlaska, la boda de Nicole Kidman y poco más.

Así que tecleo en Google el nombre y el apellido, con algunas dudas sobre una tilde. Me salen un montón de artículos que no aclaran nada. Así que luego, con ciertos escrúpulos, añado al nombre la palabra: “muere”. Y sólo aparecen dos referencias. Las dos son de diarios regionales. El Diario de Cádiz y el Diario Montañés. Éste último titula: “Muere el pionero del documental español Joaquim Jordà”.

Nos llevaron a la sede de la Filmoteca Española, la sede de verdad, cerca de Televisión Española, en Madrid. Allá, un hombre nos habló del cine de la Escuela de Barcelona. Nos proyectaron “Dante no es únicamente severo” dirigida por Jordà y Esteva. No entendí nada. Pero, eso sí, era audaz.

Quizás no lo sepáis, yo no lo supe hasta que no empecé a documentarme para escribir esto, pero Jordà, además de pionero del documental, fue guionista para otros directores. Tal vez sus mayores éxitos fueron “El Lute. Camina o revienta” y “El Lute 2. Mañana seré libre”, basadas ambas en la autobiografía de Eleuterio Sánchez y escritas con el director Vicente Aranda.

Dirigió varios documentales muy singulares, escribió guiones y tradujo varios libros.

Según leo aquí, cuando traducía "La biología de las pasiones" de Jean-Didier Vincent, leyó una referencia al médico portugués Egas Moniz. Además de desarrollar la angiografía, un método para hacer visibles las arterias en las radiografías, este médico pasó a la historia por ser uno de los primeros en llevar a cabo lobectomías y leucotomías (al parecer, estos son los nombres de lo que conocemos genérica e incorrectamente como lobotomía). Poco después, el propio Jordà sufrió un infarto cerebral. Y esto le hizo interesarse más aún sobre la psiquiatría. Fruto de ello fue “Mones com la Becky”, no lo he visto pero, según creo, se trata de un documental crítico con algunos métodos psiquiátricos. Leyendo en Internet para escribir esto, he hallado un texto en inglés bastante escalofriante sobre la lobotomía. Sólo os avanzo una palabra (o dos): pica-hielo.

El infarto cerebral dejó en Jordà unas secuelas tan graves como singulares. Sin embargo, siguió dirigiendo, eso sí, con colaboración. Primero fue “De Nens”, sobre el supuesto escándalo de pederastia en el Raval y su tratamiento policial e informativo (sobre la que habla en esta entrevista de Lateral) y “Veinte años no es nada”.

Y tenía planes. Habla de ellos y de las consecuencias de su infarto en esta otro interesante conversación. Y lo hace, cómo no, con audacia.

Reproduzco los últimos dos párrafos aquí.
" - Hábleme de sus proyectos futuros.
Tengo dos. Uno es una comedia musical de barrios en Barcelona, ya está en marcha, con música de Albert Pla. Otro es una adaptación de “Alicia a través del espejo” hecha a partir de varios personajes que viven con diversas lesiones cerebrales, situaciones de alexia o de agnosia. La alexia es la dificultad en articular el lenguaje, la agnosia es la dificultad de aprender y procesar determinadas imágenes. Yo tengo una agnosia desde que tuve un infarto cerebral hace cinco años, no sé leer. No traduzco el signo llamado letra en su correspondiente. Puedo llegar luego a saberlo después, pero si miro no leo de forma automática, por ejemplo (coge un paquete de cigarrillos “Camel”) yo aquí veo una ce, a, eme, bueno “Camel” eso ya me lo sé; pero aquí por ejemplo (señala el cartelito que advierte de los perjuicios que el tabaco produce en la salud, en la parte inferior del paquete) aquí tengo que empezar, efe, u, fumar, per, ju,dica. Puedo escribir, escribo colaboraciones en prensa, lo que me da trabajo es corregir lo que he escrito.
Con los colores también me sucede, yo los veo, pero he perdido la relación entre el color y su nombre. No veo en blanco y negro, lo que no sé es si éste es azul… (señala la ese de un cartelito de la Cadena Ser, que es amarilla) ¿Es amarilla? Para mí podría ser una gama de azul claro, los distingo por gamas de intensidad. Bueno, por ello es que quiero adaptar “Alicia a través del espejo”, en el que las respuestas llegan antes que las preguntas, la derecha es la izquierda, el después es anterior al antes, dónde todo está invertido. Pienso que ayuda como imagen, como metáfora para explicar algo que es muy difícil de comprender. Un parapléjico, por ejemplo, la gente lo acepta, y luego no se preguntan por saber como ve los colores. Pero cuando has tenido una dolencia que sólo te ha afectado en eso… además somos muy pocos, yo no conozco a más de ocho a nueve personas; con ellos y conmigo mismo he pensado hacer la historia de “Alicia a través del espejo”."

22.6.06

Billy y yo




Billy es Billy Wilder. Soy un pretencioso titulando así esta entrada pero… tenía que hacerlo. He leído que hoy jueves se cumplen cien años de su nacimiento en Sucha, ya sabéis, una ciudad de Galitzia, que perteneció a unos cuantos países diferentes durante el siglo pasado. Salías de viaje y, cuando volvías, al tipo de la estatua de la plaza principal le llamaban dictador cuando antes era el padre de la patria.

Hace once años yo intentaba aprender alemán en Dresde, este de Alemania, mientras hacía el último año de periodismo. Allá conocí a unas okupas que llevaban una rata que se les metía por el escote. Creo que la rata se llamaba como un filósofo griego. No recuerdo cuál.

Además, también conocí a alguien que me animó a apuntarme a una liga universitaria de baloncesto. Con el baloncesto tengo unas estadísticas bastante desfavorables: 0 partidos oficiales, 6 lesiones de tobillo y una de rodilla.

La lesión más grave fue precisamente en Dresde. “Die Bänder sind gerissen” - me dijo una encantadora enfermera. Ligamentos rotos. Así que me escayolaron, me dieron unas muletas con empuñadura gris y me indicaron que tenía que inyectarme en el abdomen unas jeringuillas de heparina cada día. Sí, yo mismo. La heparina es para evitar que se hagan trombos, parece que eso te puede ocurrir si estás escayolado. Me inyectaba tan mal se me hacían unos grandes hematomas en la piel. Duraban ahí varios días, así que, si tenía una semanita mala como practicante, mi abdomen presentaba un aspecto bastante insano.

Esto es lo de menos. Lo principal es que, como no podía hacer gran cosa, inmovilizado como estaba, decidí irme a una librería de la calle principal de Dresde y buscar un libro entretenido en alemán.

Se llamaba “Billy Wilder. Eine Nahaufnahme” (algo así como “Un primer plano de Billy Wilder” aquí creo que se tradujo como “Nadie es perfecto” y lo editó Mondadori en 2000) y lo firmaba Hellmuth Karasek.

Todavía recuerdo aquellas tardes, tirado en la hierba de la residencia universitaria, mirándome los morados de la tripa y leyendo este libro. Era agudo, entretenido, irónico, humano… Recuerdo que me identifiqué especialmente con una frase en la que Wilder confesaba que por hacer una buena broma era capaz de perder a un amigo.

También recuerdo que fue esa tarde, mientras veía a los autobuses llegar de la universidad, a las estudiantes alemanas tomando el sol y a los alemanes con sus cortes de pelo imposibles llevando a cuestas cajas de veinte cervezas para beber esa tarde, cuando decidí que yo quería ser como ese tipo. Que yo quería ser guionista.
Actualización (viernes 23)
Después de escribir esto se me ha ocurrido preguntaros: ¿Cuándo decidísteis que queríais ser guionistas? ¿Se han cumplido vuestras expectativas?

20.6.06

David Trueba en la Biblioteca Nacional

Como informaba en su blog el pianista del burdel, esta tarde a las 19h, en la sede de la Biblioteca Nacional de Madrid, David Trueba hablará sobre guión.
La conferencia lleva por título "Salirse del guión: algunas instrucciones".
La entrada es libre. La salida creo que también.

19.6.06

Cuando se va

Raúl está sentado en el banquillo. Ve a los demás jugadores. De rojo. Pasan el balón donde deben pasarlo. Al hueco. Suele decirse que juegan de memoria. Pero no. Jugarían de memoria si estuvieran volviendo a hacer algo ensayado. Pero no es el caso. Están inventando las jugadas en ese momento. Así que están creando colectivamente. Y cada uno sabe dónde debe estar. Decisiones de espacio y tiempo. En este segundo, yo me coloco en este punto X del campo. En esta décima D, envío el balón a ese otro punto del campo Z, poco distante del X. Lo envío en la décima D porque calculo el tiempo de desplazamiento T según la velocidad V que imprimo al balón. Envío el balón al punto Z para que mi compañero F pueda llegar a él en carrera a una velocidad B y aproveche esta energía para impulsar el balón en la dirección H.

Y cada uno de los cálculos es exacto. Y el balón se desplaza como debe desplazarse. Y el jugador contrario no puede alcanzarlo por mucho que lo intente. En cambio, el compañero corre a la velocidad B, justo la necesaria para poder llegar a tiempo: ni demasiada ni poca.

Y durante un partido completo todos los cálculos salen bien. Cada jugada es un éxito.

Y el tipo que solía hacer esto, el tipo que hacía estos cálculos, el que nunca se equivocaba, el que encontraba una solución genial cuando nadie adivinaba ninguna opción, el que inventaba una parábola definitiva cuando los demás sólo esperaban un lanzamiento plano y directo abocado al fracaso, está sentado en el banquillo. Viendo cómo otros hacen sus cálculos. Y se maravilla cuando los ve. Porque las cosas bien hechas seducen hasta al espectador más escéptico.

Y cuando el entrenador le dice que va a salir, Raúl sabe que va a ser una piedra en el mecanismo. Posiblemente también sabe que el entrenador le saca por caridad.

Saldrá y correrá. Intentará su vieja lógica. Alguno de los trucos más resultones, los que nunca fallan. Pero él sabe que no.

Que sea lo que sea “eso”… él lo ha perdido. Lo tuvo. Vivió bien de ello. Quería creer que tenía algo que ver con su esfuerzo, con su determinación, con su decisión de sacrificar el resto de su vida por ello.

Pero no. Por mucho que se esfuerce, sabe que nada depende de él. Incluso piensa que tal vez sea al contrario. Cuanto más corra, más se alejará “eso”. Por que “eso” es la manera de solucionar problemas por la vía más sencilla y bella. Sin más sudor del necesario.

Justo lo que están haciendo sus compañeros sobre el campo en estos momentos mientras él mira y hace los rutinarios ejercicios de calentamiento.

Anima al compañero al que sustituye, algo avergonzado, ya que sabe que no podrá mejorar su rendimiento.

Pero tiene que intentarlo. Por eso corre hacia ese balón que ha rechazado el defensa aunque sabe que no llegará a alcanzarlo. Lo sabe desde que comienza a correr, pero eso es lo de menos. Tiene que intentarlo. Ese es el tipo de cosas que hace un futbolista que sabe que “eso” le ha abandonado.

Cuando un tipo que tiene un blog se encuentra en una situación similar escribe cosas como esta que acabas de leer. El balón está ahí botando, siempre a unos centímetros de la bota. Siempre cerca, siempre inalcanzable.

12.6.06

Estudiar en los Estados Unidos

"...He escrito documentales, varios cortometrajes (de hecho me encuentro ahora a punto de grabar uno ya bastante serio) y otros proyectos que no me han llevado a ningún lado. Aún soy jovencito (22 años) y (...) se me plantea ahora la posibilidad de pasar un año en Estados Unidos con la idea de perfeccionar la lengua y ya, de paso, aprovechar para realizar algún curso, o master, o lo que sea, relacionado con el oficio de guionista. Para esto te escribo, por si me puedes indicar un poco. ¿Cónoces o tienes referencias de universidades o escuelas? ¿Algún sitio a donde me pueda dirigir para conseguir información? He mirado cosas, pero no lo tengo nada claro, sobre todo sobre cuál puede resultar más interesante o provechoso.Bueno, muchas gracias por adelantado. Se agradece que alguien mantenga un blog como el tuyo.
Un saludo. Paco."


Vaya vaya vaya... otra consulta auténtica. Mmm... con lo cómodo que estaba yo con mis preguntitas inventadas, colgadas a almerienses inocentes.

Pobrecito, me da las gracias por adelantado. Igual después de leer esto me pide que se las devuelva, con intereses.

A ver, tomemos el toro por los cuernos. Paco, sólo he estado dos veces en USA. La primera me hice unas fotos en las Torres Gemelas. La segunda vez, batí el récord de multas de aparcamiento del estado de California.

Como verás, mis experiencias parecen poco útiles para responder a tu pregunta. Lo parecen y... lo son.

He escuchado algunas cosas sobre escuelas de Estados Unidos (que la New York Film Academy no mola, que UCLA no está mal, que la USC es la leche, que si Columbia, que si la Tisch...) aquí he encontrado un listado que parece bastante completo, pero yo creo que seguramente lo mejor es que los lectores de este blog te cuenten lo que sepan, siempre es mejor experiencia de primera mano.

¡Y no os escondáis, que sé que hay unos cuantos que habéis estudiado allá!

Por cierto, me parece estupenda la idea de marcharte a USA, estudiar guión y mejorar el inglés a la vez.

Si yo hubiera hecho algo parecido a tu edad, tal vez no estaría aquí en Chamberí, tecleando respuestas vagas, sino en California, llevando a mi perro a clases de natación, como John August.

Sorry, Paco. Gracias por leerme.

La próxima vez no te fallaré.

No tanto.

6.6.06

Nombres

Esa es la clave últimamente, chicos.
Los nombres.

¿A qué me refiero? Me pongo enigmático, ¿eh?

Frases cortas.
Puntos y seguido.

Ahí va otro.

Entremos al toro de una vez. ¿Os habéis fijado? La gente ahora no intercambia discos. Nadie se pasa recortes de prensa. Y cada vez menos DVD’s.

¿Qué hacemos ahora? Decimos un nombre. Y eso basta. Porque muchos objetos físicos han dejado de tener importancia. Los discos, los artículos de prensa… las películas. Están disponibles siempre, casi inmediatamente en cualquier ordenador conectado a Internet. Ya no importa tanto tener, por ejemplo, un disco. Basta con saber su nombre.

Félix me dice “escucha Sun Kil Moon” (es un grupo, no una secta de tipos barbudos que se suicidan en masa). O… me encantó “Rushmore”. Y eso basta.

Ya no te dicen: he recortado un artículo sobre guiones para ti. Te dicen: “métete en abcguionistas (en Ain’t it Cool News o donde sea) y busca lo de Arriaga”.
Consejos, recomendaciones.

Todo está en la Red. Bueno, casi todo. Precisamente porque todo está ahí… es muy difícil encontrarlo.
Necesitas el mapa del Tesoro.
Los nombres. Las pistas.

Quien te da los consejos adecuados, los nombres que más te satisfacen, gana prestigio. Lo metes en tus favoritos. Y, posiblemente, también metas en tus favoritos muchas de las recomendaciones que él te haya dado.

A su vez, recomiendas esa página a tus amigos que te corresponden dándote los nombres de sus páginas favoritas.

Has descargado la recomendación de Félix, lo que escucho mientras escribo esto, Sun Kil Moon, y tu reproductor te dice que a las personas que escuchan eso también les suele gustar Calexico. Otro nombre, otro consejo. Otra búsqueda.

Una especie de árbol de conocimiento que no deja de crecer. Tal vez una imparable cadena de favores.

2.6.06

Ocho segundos



Me quedo un tanto flipado leyendo esto en abcguionistas.
Os lo resumo: en Argentina acaban de proponer un nuevo criterio para que una película sea calificada como nacional (no sé qué beneficios puede acarrear tal calificación. Me imagino que detrás de ellos estará nuestra gran amiga la Pasta, claro).
Además de que la película se ruede en castellano, con equipo de allá, director de allá, etc... una senadora ha sugerido que deberá incluir al menos durante ocho segundos... la bandera nacional.
Eso es. Planos de la bandera. Durante ocho segundos en total. No hace falta que uno haga un plano de la bandera ahí, en su mástil durante ocho segundos seguidos. Supongo que, para dar ritmo, uno puede introducir un plano de... no sé, el escudo nacional (el del palo y el gorro rojo), un retrato de San Martín, Perón o Maradona y luego volver a la enseña albiceleste.
Pasada la sorpresa inicial... uno se pregunta varias cosas por ejemplo, ¿Por qué ocho segundos? ¿Por qué no ocho minutos? ¿Ocho horas tal vez? ¿O es que son ocho segundos la medida de un buen patriota? Lo siento, senadora pero... yo paso mucho más tiempo en el baño cada día...
¿Cómo llegaron a ese cálculo?
Tal vez podamos llegar a un acuerdo, senadora, le cambio diez minutos hablando de la grandeza de Borges por sus planos de la bandera. ¿Cuela? ¿No? ¿Lo de Borges, un tango y Valeria Mazza en un papel secundario? ¿Tampoco? Senadora, es usted incorruptible.
Otra duda: estoy haciendo una película sobre salvajes despedidas de soltera... ¿si el boy lleva un tanga con la bandera nacional mientras se contonea ante hambrientas mujeres que amenazan con arrancárselo a dentelladas, eso cuenta para sus ocho segundos?
¿Y esa bandera que ondea en su mástil tras los militares asesinos en mi documental? ¿Esa también cuenta, también refuerza la identidad nacional? ¿O esa tal vez sea mejor eliminarla?
Senadora, con todo el respeto, ¿no tiene usted nada mejor que hacer?